Así que, aquí estoy
He luchando por años conmigo misma por escribir este diario. Mi miente siempre dudaba si era necesario, si me haría bien. ¿Cuál es la verdadera razón por la cual quiero escribirlo? ¿Quiero que la gente lea lo que pienso? ¿Quiero compartir con alguien más lo que me pasa? ¿Quiero llamar la atención?
En medio de la sociedad actual en la que vivimos, incluso siendo ya adulta en mis 20s, es difícil no confundir mis sentimientos con problemas reales. ¿Me estoy dejando llevar por las tendencias depresivas que se mueven en la actualidad?
Siempre he pensado que soy una persona altamente influenciable, ¿he dejado que esas influencias se metan en mi mente y consuman mis pensamientos?
Tantas preguntas rondan mi mente y no encuentro quién las responda. Estoy rodeada de personas muy valiosas e importantes, ¿por qué siento que no puedo compartir mis sentimientos?
Sin embargo, algo sí es cierto, sea por influencia social porque viene de mi, el miedo que siento es tan real y palpable, que cada día se hace más difícil controlarlo. Es un monstruo negro que se arrastra desde mi vientre hasta mi mente y me consume toda, imposibilitando mis razonamientos y despojándome de toda lógica. ¿Cómo se lucha contra algo que viene de adentro? ¿Cómo se lucha contra algo que no se ve? ¿Cómo se lucha contra algo que no está pasando? Y sin embargo, ahí está. Profeta de una catástrofe que está por suceder y que aunque nunca suceda siempre temeré.
Porque siempre lo siento ahí, incipiente cuando veo una noticia, cuando escucho un rumor, cuando estoy sola. Siempre. Luchando con mi mente por consumirme, por devorarme, por lanzarme en el vacío de la desesperación. Siempre luchando por adueñarse de mi.